Surgimiento de la Alianza

Es en este contexto, que surgió la Alianza la cual tiene su origen en la conceptualización del fenómeno exponencial del cambio tecnológico, y como se logran establecer mecanismos de cooperación. Es decir, busca innovar en la forma en que pueden detonarse vinculaciones exitosas, al comprender que como punto de partida se requieren de los distintos sectores de la sociedad para diseñar soluciones a los retos que plantean las nuevas tecnologías con su desarrollo acelerado.

En ello, es fundamental que las tecnologías pongan al centro de su desarrollo a la persona, y no a la eficiencia, permitiendo generar; i) inclusión; ii) reducción de brechas sociales tradicionales y digitales, a la par de; iii) el establecimiento del bienestar social digital, que engloba temas como inclusión financiera, incorporación a la economía digital, desarrollo de habilidades digitales, higiene digital, privacidad y datos personales, y el internet como derecho humano para el desarrollo.

Respecto de la inclusión digital, es importante destacar que con base en el informe del enviado especial para Tecnología del Secretario General de las Naciones Unidas titulado “Achieving universal and meaningful digital connectivity. Setting a baseline and targets for 2030”, debe considerar al menos seis elementos habilitadores de conectividad: i) infraestructura; ii) asequibilidad; iii) dispositivos; iv) habilidades, así como, v) medidas de seguridad y protección [2].

Asimismo, siguiendo las conversaciones globales en foros multilaterales, principalmente en las Naciones Unidas el Secretario General, Antonio Guterres, ha hecho de esto una prioridad, al incrementar los diálogos y las acciones concertadas para comprender de mejor manera el cambio tecnológico exponencial, enfatizando los posibles impactos sociales, económicos, culturales y en la vida diaria de las personas en el mundo. Derivado de ello, es que surgió en 2016, el Panel en Cooperación Digital [3] que tiene como ente de acción la Hoja de Ruta en Cooperación de Digital [4] la cual incorpora diversas recomendaciones a las cuales el Enviado especial para Tecnología del secretario general da seguimiento.

En el ánimo de continuar su liderazgo en el tema de tecnología, derivado de la presentación de tres resoluciones, lideradas por México, ante la Asamblea General de la ONU en 2017, 2018 y 2021, es que nuestro país solicitó encabezar la recomendación 1.C sobre inclusión digital en conjunto con ONU Mujeres y Canadá, de la cual se obtuvo como resultado, el establecimiento de las bases y objetivos para alcanzar la conectividad digital para 2030 [2].
Bajo esta óptica, que comprende una visión interinstitucional e intersectorial, es que la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), y la entonces Jefatura de Oficina de la Presidencia de la República, mediante el Consejo Nacional para el Fomento a la Inversión, al Empleo y el Crecimiento Económico (COFINECE) se dieron a la tarea de desarrollar proyectos de vinculación en materia de nuevas tecnologías, con el objetivo de que estás tuvieran un impacto social y que la discusión global se reflejará en resultados que llegaran directamente a las personas, es decir, que los potenciales beneficios alcanzaran a las poblaciones y las comunidades.

La perspectiva de participación multipartita y multisectorial fue vital para la conformación de la Alianza, ya que es necesario contar con los recursos humanos para esta nueva revolución industrial basada en datos y procesamiento de información. En consecuencia, y atendiendo el mandato de la actual administración, es que se decidió buscar una institución de educación superior pública para generar en México un semillero de científicos de datos.

Es aquí cuando se decidió integrar como socio estratégico a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). El Rector Enrique Graue aceptó sumarse a la iniciativa, y nombró encargado del proyecto por parte de la Casa de Estudios al Dr. Héctor Benítez, director de DGTIC.

Asimismo, en las conversaciones sobre quiénes del sector privado podrían ayudar a hacer realidad esta Alianza, en materia de infraestructura y conocimiento práctico, y a consideración de COFINECE, se dio el acercamiento con Huawei, quién al entender y apropiarse de esta visión decidió sumarse a los esfuerzos, en el marco de su iniciativa TECH4ALL. Ésta última tiene su base en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU y tiende a priorizar el desarrollo, la inclusión, el género y hacer frente al cambio climático.

La Cooperación Alemana GIZ permitió incorporar el innovador proceso de design thinking ² a los proyectos. Igualmente, el apoyo de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) mediante el programa “Jóvenes Construyendo el Futuro” permitió ampliar el impacto de las convocatorias y proyectos, al poder sumar más sectores y, sobre todo, una integración multidisciplinaria de los equipos de desarrollo e investigación que se adscribirían a las convocatorias de la Alianza.

Una vez que se contó con los principales integrantes fundadores de la Alianza es que comenzó, durante la pandemia de Covid-19, el diseño, desarrollo y articulación de un proyecto multi actor en nuevas tecnologías que fomenta la innovación, al buscar que la transformación digital genere conexiones más integradas e inteligentes -entre todas las cosas, dispositivos y personas- para no dejar a nadie atrás en el desarrollo de un bienestar social y digital.

Con esto en mente, y al comprender todas las necesidades nacionales, es que se define la misión de la Alianza, la cual cree firmemente que la construcción de una base de talento amplia e inclusiva con énfasis en el desarrollo de aplicaciones para apoyar a los sectores vulnerables extiende el bienestar al resto de la población mexicana. Lo anterior, al hacer que los proyectos de investigación y desarrollo, y en general el de las tecnologías, sirvan al interés y al bien público, complementadas con una nueva ética social.
 
De ello derivan los principales objetivos de la Alianza en torno al bienestar social digital: