El cómputo en la nube como una palanca para el desarrollo de las Instituciones de Educación Superior

Introducción

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El creciente uso de aplicaciones a través de Internet ha provocado un rápido desarrollo de la tecnología a costos cada vez más accesibles. Esto permite que toda persona con un teléfono inteligente pueda beneficiarse y acceder a la información desde cualquier lugar del mundo. Gran parte de este avance se debe al uso de la computación en la nube, este modelo de cómputo utiliza recursos virtualizados altamente escalables que pueden ser compartidos por los usuarios. Ejemplos de estos sistemas son Dropbox, Google-drive, ClassRoom, AWS, entre muchos más.

La educación superior no puede ser ajena a esta tecnología, ya que su tarea fundamental es crear progreso y desarrollo en la sociedad. Con base en esto, las Instituciones de Educación Superior (IES) deben asignar recursos económicos para brindar servicios educativos donde estudiantes, profesores e investigadores puedan beneficiarse de los recursos de información a través de Internet. La crisis de COVID-19 afectó a las universidades [1], muchas de ellas optaron por cerrar temporalmente, lo que implicó que se perdieran clases. Sin embargo, gracias al cómputo en la nube se pudo impartir clases bajo un esquema en línea. No obstante, otros sistemas como pagos, trámites escolares y trámites administrativos tuvieron que cancelarse o tomar medidas para dar servicio limitado. Se puede decir que la dependencia de sistemas no conectados a la nube perjudicó a muchos profesores, alumnos, investigadores y personal administrativo. Por esta razón, el uso del cómputo en la nube ofrece múltiples beneficios que no solo impulsan el aprendizaje y la enseñanza, sino también minimizan el riesgo de que estos procesos se vean afectados por múltiples causas que escapan del control de las autoridades universitarias. Debido a ello, las universidades deben adoptar nuevas tecnologías de la información y renovarse tecnológicamente.